Encontraste la rosa en mi alma
y el punto débil de mis brazos.
La estrella más brillante me dejaste
Sembrando en mi piel la llama del amor
Y entrelazando mi mirada en tus ojos.

Sedientos de amor nos encontramos juntos
Unidos por la misma pasión fugaz.
La piel fue nuestra arma
Y en complicidad con tus besos
Incitan la sensación mas bella e inolvidable
En nuestro lecho de amor.

La suavidad de tu ternura,
Revertió la lejanía de nuestros respiros.
Entrelazando nuestro amor
y exclamando lo mucho que nos amamos
te abrasé sin dejarte ir.

Sellamos la noche maravillosa con un beso,
Luego de dos palabras profundas,
Me dijiste “buenas noches vida mía”.

Dormido te observe,
Sobre tu pecho me soñé feliz, amándote una vez más
Sin olvidar que al despertar seguiremos entrelazados
por un mismo destino.

Maria Antonella Bianchini